Honrubia de la Cuesta es un pequeño municipio segoviano, ubicado en el límite de nuestra provincia con la de Burgos. Tiene 52 habitantes censados en el año 2017 pero, viviendo…”somos muy pocos, unas veintitantas personas”, dice su alcaldesa.
Desde el punto de vista histórico, en el siglo XIII se conocía a esta localidad con el nombre de “Fuente Rubia”, debido al color rojizo de su fuente o manantial que, por la existencia de arcilla muy abundante en esta zona, tenía su agua. En el siglo XVI pasó a ser conocida como “Honrubia”, “Honrrubia” o “Fuenrubia” y, ya en el siglo XX se añadió al nombre “de la Cuesta”.
Honrubia de la Cuesta es un ejemplo, como todos los pueblos de la comarca, de la España vaciada, donde su escasa población es el reflejo de la dureza del clima y del atractivo paisaje, sinuoso y pedregoso, que surca el municipio.
Su pertenencia a la denominación de origen Ribera del Duero ha marcado el paisaje en las últimas décadas, alternando las pequeñas explotaciones familiares con grandes áreas de cultivo de la vid.
Esta tradición vitivinícola familiar se puede apreciar en la multitud de bodegas, unas excavadas bajo las casas y otras cuyas entradas se pueden ver dando un paseo por sus calles.
La agricultura cerealista, la ganadería ovina y su larga tradición en apicultura, junto a una fauna que te sorprende en los muchos caminos que recorren el municipio, completan un paisaje idílico que no deja indiferente al viajero.
Fiestas. Honrubia de la Cuesta celebra sus fiestas patronales, La Virgen del Lírio, en dos momentos diferenciados: El primer fin de semana del mes de julio y, el primer fin de semana del mes de septiembre, como si con esos días festivos quisieran recibir y despedir al verano de cada año.
En los programas de festejos de Honrubia de la Cuesta encontramos, entre otras cosas, disco móvil, orquestas, parques infantiles y, como actos religiosos, misa en la ermita con procesión acompañada de dulzaineros. Como dato curioso, se baila de cara a la Virgen y de espaldas al camino según avanza la procesión. Para entrar a la Virgen en la ermita tras la procesión hay un peculiar acto de «subasta de palos».
A estas dos fiestas principales se une “la Rogativa» a mitad del mes de mayo (las rogativas son oraciones públicas hechas por la iglesia en los días anteriores a la fiesta de La Asunción).
El patrimonio natural es impresionante. Destaca por una abundante fauna que puede sorprendente en cualquier paseo por los alrededores del pueblo, y en la que encontramos, entre otras, especies como el corzo (muy abundante), jabalíes, zorros, perdices, conejos, liebres…
También se pueden ver ejemplares de águila culebrera, milanos, rabilargos, cigüeñas… Y además, Honrubia de la Cuesta se encuentra a una corta distancia del parque natural de las Hoces del Río Riaza, por lo que es habitual ver buitres leonados y alimoches.
También se pueden ver ejemplares de águila culebrera, milanos, rabilargos, cigüeñas… Y además, Honrubia de la Cuesta se encuentra a una corta distancia del parque natural de las Hoces del Río Riaza, por lo que es habitual ver buitres leonados y alimoches.
Por otra parte cabe resaltar que por las calles de Honrubia de la Cuesta, así como por su municipio, tiene su paso la Cañada Real Segoviana que lo recorre de norte a sur.
La arquitectura popular en Honrubia de la Cuesta nos deja muestras en cada casa y en cada bodega. Construcciones toscas realizadas por gentes humildes pero de gran fortaleza. La sillería regular predomina en las esquinas de las casas y en los dinteles de puertas y ventanas, algunas con inscripciones del siglo XVIII. Las bodegas, excavadas con herramientas básicas en un terreno duro, son testigo de la voluntad y perseverancia de sus gentes.
La arquitectura religiosa de Honrubia de la Cuesta cuenta con la iglesia parroquial de San Cristóbal, patrón del pueblo, y la ermita de la Virgen del Lirio, que se encuentra a unos 4 km dirección sur.
La ermita se construyó en el lugar más alto y más cercano al pozo donde cuenta la leyenda que unos pastores llevaron al rebaño a beber al abrevadero y no bebían. Los pastores se acercaron extrañados y al asomarse al pozo vieron sobre una viga cruzada la imagen de la Virgen con un niño y un lirio en la mano.
Esta ermita consta de tres naves, cabecera y una sacristía unida al templo. Se cree que el proyecto inicial pudo estar encaminado a la creación de un templo con planta de cruz latina, de tal manera que el centro del crucero sería su actual cabecera. Las cubiertas de la ermita son de madera salvo las de la sacristía donde encontramos una bóveda de lunetos (bóveda secundaria en forma de media luna que se utiliza para dar luz a la bóveda principal), decorada con motivos vegetales y querubines, muy habitual en el barroco. La ermita tiene dos accesos en forma de simples puertas con arcos de medio punto y una espadaña de dos cuerpos. Lamentablemente no hay campanas, ni retablo debido a los diversos expolios que ha sufrido la ermita a lo largo de su historia.
La iglesia parroquial de San Cristóbal, de gran tamaño y estilo barroco, posiblemente sustituyó a otra iglesia anterior románica. Para su construcción se utilizó la típica piedra rojiza abundante en la zona. Se cree que también se planificó para que su planta fuera de cruz latina pero la obra nunca se concluyó. A los pies de la nave se levanta una torre de dos cuerpos con muros de mampostería en la que el cuerpo superior tiene unos arcos de medio punto que albergan las campanas. La espadaña original se derrumbó y se construyó el actual campanario a mediados del siglo XX.
En el lado sur se añadió un espacio en el que se creó un atrio y la portada tiene tres arquivoltas sobre unas pequeñas columnas, con pequeños capiteles. Este atrio, que podría haber sido construido en el siglo XVI, se cree es parte de una reforma realizada en el templo original. En el interior de la iglesia encontramos un altar mayor neoclásico y, en la iglesia, las imágenes de la Dolorosa y la Virgen del Lirio, que se sube a la ermita en la rogativa y fiestas de julio y septiembre. También se encuentra en la iglesia un púlpito de piedra y una pila bautismal de estilo románico con forma de flor. En la sacristía, una pila lavamanos.
El único lugar para comer y hospedarse es el Hostal Mesón Las Campanas del Miliario, a unos 4 km del pueblo dirección sur, en la carretera de Madrid-Irún, km 135, por la vía de servicio.
Ideal para disfrutar de una gastronomía tradicional a base de lechazo asado, morcilla, chorizo… en un entorno único, con un comedor que nos llevará a otra época en la que las posadas atendían a los viajeros.
Para pernoctar es imprescindible consultar previamente por teléfono.
PATATAS A LA IMPORTANCIA
Ingredientes: Patatas, harina, huevo, aceite, vino blanco, caldo, ajo, perejil, azafrán.
Modo de preparación: Se pelan las patatas, se cortan en rodajas de un dedo de grosor y se pone sal al gusto. Después se rebozan con harina y huevo. Se fríen poco a poco en una sartén grande con una importante cantidad de aceite hasta que estén doradas. Las sacamos y las reservamos en una cazuela o en otra sartén grande pero, es importante que no estén amontonadas para que no se rompa el rebozado. Luego se cuela el aceite de freír las patatas y preparamos con él un sofrito con cebolla, un ajo, perejil y, un poquito de azafrán para que de color y, sobretodo, sabor. Se deja que la cebolla y el ajo se frían hasta que queden dorados y se añade al sofrito un vaso de vino blanco, un vaso de caldo y, dejamos que todo hierva unos minutos para que se evapore el alcohol. Echamos el sofrito ya terminado sobre las patatas, en la cazuela, con mucho cuidado para que las patatas y el rebozado no se rompan y dejamos que el conjunto cueza durante unos 30 minutos a fuego muy lento y, se sirven inmediatamente parra que no se espesen y, con una buena ensalada… Es un plato castellano, barato, fácil de hacer y “están riquísimas”.
En la actualidad, y aunque sólo hay 55 habitantes censados (año 2020), la actividad social de Honrubia de la Cuesta se vertebra, además de en el Ayuntamiento, en la Cofradía de nuestra Señora la Virgen de Lirio, que cuenta con más de 250 cofrades, y que muestra la tradición y la fe, especialmente en las fiestas de julio y septiembre.
La Asociación cultural “La Tejera”, con unos 200 socios, dedicada a temas culturales y de ocio.
El coto de caza, con unos 20 socios, que velan por la actividad cinegética y el mantenimiento adecuado de las especies de nuestra fauna corzos, jabalíes, perdices.
Estas agrupaciones son el testimonio de unas gentes con ganas de compartir su cultura y sus tradiciones en una vida social muy activa.
A la hora de recordar los diferentes aspectos de la historia de este pequeño pueblo, no debemos olvidar las batallas de guerrillas que ocurrieron por aquellas tierras. Entre los famosos guerrilleros que participaron en ellas destaca de Juan Martín, “El Empecinado”.
El Empecinado era natural de Castrillo de Duero pero, su padre, Juan Martín, era natural de Castro de Fuentidueña (Segovia), al igual que los abuelos del guerrillero.
Cuenta la historia que cuando en mayo de 1808, se conoce la tragedia del Dos de Mayo, Juan Martín ya tenía formado un grupo, una partida guerrillera para luchar contra “el francés”. El bautizo de El Empecinado, tras la legendaria acción de “El Salto del Caballo” en Peñafiel, tuvo lugar en la localidad de Honrubia de la Cuesta cuando dan caza a un correo francés acompañado por cuatro soldados. Tras esta operación vinieron muchas más y, durante el año 1809 la provincia de Segovia se convirtió en el primer escenario de las acciones del famoso guerrillero.
Tierra de vinos y… buenos. En Montejo de la Vega de la Serrezuela encontramos un ejemplo de elaboración, distribución y venta de vino, así como de fomento de su cultura, en la Bodega Severino Sanz.
Esta bodega cuenta con 30 hectáreas de viñedos, algunos centenarios, que producen excelentes vinos de la denominación de origen Ribera del Duero. La bodega puede ser visitada, ofreciendo un recorrido guiado por el interior y los viñedos, y un espacio dedicado a venta de vinos.
Sabina Fuente de la Pisandera. En el paraje de La Velilla, cerca del área recreativa Fuente de la Pisandera, en Montejo de la Vega de la Serrezuela, se encuentra un ejemplar especial de Sabina, “ubicada junto al camino, entre campos de cultivo y laderas de suelos calizos”.
Es un ejemplar de Sabina Albar de 18 metros de altura y un diámetro de copa de 15 metros que ha sobrevivido, durante cientos de años, dando sombra a los paisanos y a la fauna del entorno.