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La corona y los señores feudales

Villalvilla de Montejo está históricamente vinculada al territorio del Casuar, junto al río Riaza. Las referencias escritas desde el siglo X cuentan que el primer conde castellano, Fernán González, donó el territorio de Covasuar al monasterio de San Pedro de Arlanza, que un siglo después se levantó la ermita hoy en ruinas y que más tarde pasó a pertenecer al rey de Castilla como lugar de realengo, es decir, directamente dependiente de la corona al margen de los señores feudales de la zona. En el censo de Floridablanca del siglo XVIII, el lugar figura como granja, que desaparece pocos años después, probablemente arrasada por los franceses que perseguían al Empecinado.

Al menos durante un tiempo que se presume largo, Villalvilla fue la sede de ese señorío histórico, como lo demuestra una lápida de su iglesia parroquial que reza: AQUÍ YACE CONRADO SEÑOR DEL CASUAR SU ESPOSA ANA Y SUS PADRES. 1568. De modo que la antigüedad del enclave puede fijarse como muy anterior a esa fecha.

El pueblo hoy

El cereal, la ganadería, el viñedo y la resina fueron durante siglos las fuentes de riqueza habituales de un territorio rico en belleza, aunque duro de trabajar y poco generoso con sus habitantes. Una cédula real de Carlos III en 1773 autorizó la explotación de una mina de cobre en su territorio, aunque ese inicial proyecto de industrialización nunca se llevó a cabo. A mediados del siglo XX sufrió el mismo proceso migratorio que el resto de Castilla, y muchos de sus vecinos buscaron un mejor futuro en Madrid, Barcelona o Bilbao.

Al igual que los pueblos del entorno, Villalvilla pertenece a la llamada España vaciada, aunque muchos de los descendientes de aquellos migrantes han levantado nuevas casas o remodelado las antiguas para dar nueva vida al lugar. De ese renacimiento surgió en su día la asociación cultural Peñacastillo, foco de actividad social en los últimos veinte años.

Como pedanía de Villaverde, Villalvilla forma parte de la histórica Comunidad de Villa y Tierra de Montejo. Sus paisajes entre pinos, enebros, álamos, encinas o sabinas, y bajo el majestuoso planeo de los buitres leonados, invitan a la marcha, el paseo o la simple contemplación. Por si fuera poco, sus uvas llevan el sello de la denominación de origen Ribera del Duero, privilegio del que solo pueden presumir cuatro pueblos segovianos, y en sus viejas bodegas excavadas en la piedra de un cerro cercano todavía se elaboran caldos a la antigua usanza.

Refugio de Rapaces


En el año 1975, el 13 de enero, el rey Don Juan Carlos inauguró oficialmente este refugio de rapaces creado por WWF/Adena e impulsado por el conocido naturalista Félix Rodríguez de la Fuente.

Fue una experiencia pionera, era la primera vez que una ONG se hacía cargo de la gestión de un espacio natural con la colaboración, a través de la firma de un acuerdo, del Ayuntamiento de de Montejo de la Vega. El objetivo básico era, de acuerdo con Adena, “Promover un desarrollo sostenible del entorno, compatibilizando la conservación de la naturaleza con el mantenimiento de las prácticas tradicionales de la zona”.

En este espacio se ha investigado y se sigue investigando, en él se han rodado documentales y grandes expertos en espacios como este lo visitan con mucha frecuencia pero, sobre todo, se protege a su impresionante colonia de buitres.

El éxito de aquella iniciativa se materializó más aún cuando el 21 de diciembre de 2004, la Junta de Castilla y León declaró a este espacio Parque Natural de las Hoces de Río Riaza segundo parque en la provincia de Segovia tras el de Las Hoces del Duratón y decimoctavo en la Comunidad Autónoma.

La superficie de este parque natural tiene 6.470 hectáreas que pertenecen a los municipios de Montejo de la Vega de la Serrezuela, Valdevacas de Montejo y Maderuelo y en el Parque se incluyen las 2.100 hectáreas correspondientes al refugio de rapaces. Los trabajos realizados a través de los años han permitido que hoy se pueda hablar de más de 500 parejas de buitres, cinco veces más que cuando el parque comenzó su andadura, gracias al comedero de rapaces en el que, durante años, se han depositado miles de reses muertas para la alimentación de las aves carroñeras.

La riqueza de este espacio no se limita a los buitres. En el parque encontramos también algunas especies raras y en peligro de desaparición como la Alondra de Dupont o el Alimoche. En su vegetación destaca la Sabina Albar y, en el fondo de las hoces, existe un importante bosque de ribera que sirve de refugio a una gran comunidad de anfibios y pequeños mamíferos.

El propio alcalde de Montejo de la Vega, Luis Martín, comenta que el parque recibe muchas visitas de estudiantes a lo largo del año. ”El Parque de las Hoces de Río Riaza, no es como el de las Hoces del Duratón. Este es más didáctico, es el parque más estudiado de todos los que hay en España. Desde 1975 se han hecho censos de aves, mamíferos, nocturnos o no. No será el más turístico pero es el más estudiado, con diferencia”.

Casa del Parque Hoces del Río Riaza. Así se conoce al Centro de Información de Visitantes del Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, en Montejo de la Vega de la Serrezuela. A esta casa y al resto de las instalaciones, acuden principalmente fotógrafos, ornitólogos y turistas de fines de semana.

En este espacio se encuentra toda la información sobre el parque y se recogen las autorizaciones para poder realizar actividades en el mismo, cuando estas lo requieren. En la Casa del Parque, además, podemos disfrutar de una exposición permanente sobre el propio parque, destinada al turismo familiar.

La Casa del Parque se divide en diferentes secciones: “Conoce el Parque”, “Las Aves”, “El Rincón de la Memoria”, “En Vivo y en Directo”, “Sala Audiovisual” y, “CIDA- Centro de Información y Documentación Ambiental”.

Tierra de vinos

 Tierra de vinos y… buenos. En Montejo de la Vega de la Serrezuela encontramos un ejemplo de elaboración, distribución y venta de vino, así como de fomento de su cultura, en la Bodega Severino Sanz.
Esta bodega cuenta con 30 hectáreas de viñedos, algunos centenarios, que producen excelentes vinos de la denominación de origen Ribera del Duero. La bodega puede ser visitada, ofreciendo un recorrido guiado por el interior y los viñedos, y un espacio dedicado a venta de vinos.

Sabina Fuente de la Pisandera. En el paraje de La Velilla, cerca del área recreativa Fuente de la Pisandera, en Montejo de la Vega de la Serrezuela, se encuentra un ejemplar especial de Sabina, “ubicada junto al camino, entre campos de cultivo y laderas de suelos calizos”.

Es un ejemplar de Sabina Albar de 18 metros de altura y un diámetro de copa de 15 metros que ha sobrevivido, durante cientos de años, dando sombra a los paisanos y a la fauna del entorno.

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