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Espacio de tradiciones

Hasta 2016 fue conocido como Pradales pero, a partir de aquella fecha ha adquirido el nombre de una de sus pedanías: Carabias.

Este hecho ocurrió en el mes de junio de aquel año, cuando el pleno de su Ayuntamiento decidió que era mejor adoptar el nombre de la pedanía más poblada. El acuerdo definitivo, se resolvió en el mes de diciembre de 2016.

Otra de las curiosidades de este municipio es que está formado por tres núcleos de población: Carabias, Pradales y Ciruelos de Pradales y, cada uno de estos núcleos, pertenece a una Comunidad de Villa y Tierra diferente: Carabias a la Comunidad de Villa y Tierra de Maderuelo; Ciruelos de Pradales a la de Sepúlveda y, Pradales a la de Montejo.

Tiene una población censada de 43 habitantes, hasta que llegan los periodos vacacionales y los fines de semana, entonces, sus muchas segundas residencias reciben a sus dueños, muchos de ellos madrileños, y la población puede llegar a multiplicarse por 3 o por 4, sobre todo en verano.

 

El pueblo hoy

Su alcalde desde 2011, Juan Carlos Sancho Llorente (PP), comenta que la principal fuente económica del municipio se encuentra unida al sector primario, agricultura y ganadería. Junto a ello, su cercanía a la carretera hace que también encontremos una gasolinera; la empresa ‘Explotaciones Mineras’ de Carabias (dedicada a la extracción y comercialización de arenas y gravas) y, aunque hoy están cerrados, había dos restaurantes (actualmente están haciendo otro).

Actualmente, hay otros proyectos y empresas interesadas en la zona por su buena ubicación. Entre otras, una empresa interesada en el montaje de un desguace de gran tamaño, en el que se desmonten los vehículos y se distribuyan las piezas entre fundiciones o talleres y, también se ha construido un hostal, muy grande, que no se ha abierto aún.

Como ya se ha comentado, actualmente en Carabias no hay ningún restaurante abierto aunque están construyendo uno y, además del hostal, que también permanece cerrado, se ha iniciado el proyecto de una nueva casa rural. Comenta el alcalde que lo que les “salva” es el bar social, ubicado en los locales del ayuntamiento de Carabias, donde se puede tomar un café o comer, también por encargo…

Entre las obras que el ayuntamiento realizará en los próximos meses se encuentra el cambio y mejora de las canalizaciones de agua, porque las tres poblaciones estaban aún con fibrocemento. Juan Carlos Sancho, indica “que ya queda poco” para terminar esta actuación y, nos recuerda, que el ayuntamiento de Carabias intenta hacer una obra al año en cada población. Cuando finalice la intervención en las canalizaciones, también está prevista la finalización del asfaltado de las calles.

Con las actuaciones en las canalizaciones y en el asfaltado, el presupuesto de obras… no da para más pues, “cada año nos dan diez o quince mil euros y se hace un poco….” Eso sí, en el municipio de Carabias, hay WIFI gratis en las tres poblaciones.

Para concluir, en el municipio de Carabias encontramos a unas cuarenta personas censadas pero, realmente residiendo, serán hoy unas cinco o seis personas aunque, cuando llega el verano y los fines de semana, “la cosa cambia”.

Cambio de nombre

Lo normal había sido que Pradales mantuviera una población superior al resto de las poblaciones que forman en municipio pero, con el paso del tiempo y, a causa de que Carabias tenía mejor ubicación en estos “tiempos modernos”, junto a la carretera A-1, su población fue paulatinamente aumentando mientras que Pradales quedaba en un plano inferior, hasta el punto de llegar a ser, poco menos, que un despoblado.

Eso no quiere decir que Pradales esté completamente abandonado. Es cierto que Pradales no tiene ningún vecino empadronado y que en invierno no vive, con continuidad, nadie pero, cuando llega el verano… “la vida vuelve”.

El iniciar el cambio de nombre no se debió a una simple cuestión estética sino, comentó el alcalde en su momento, “era un trastorno” que el municipio se siguiera llamando Pradales, sobre todo a la hora de solicitar subvenciones. En alguna ocasión, preguntaron al alcalde cómo pedía ayudas para un pueblo sin habitantes. Pese a todo, esta medida cayó como una bomba entre los descendientes del pueblo de Pradales, para quienes era una traición a la historia del pueblo. En cualquier caso, los tres miembros de la corporación que unánimemente dieron su ‘sí’ al cambio de nombre, no lo hicieron pensando en el perjuicio de nadie sino, en el beneficio de todos.

Desde el siglo XIII ya se conocía a este lugar con el nombre de Carabias o, El Lugar de Carabias que significa “lugar pedregoso”. Es una zona con abundante monte de encinas, robles, pino… y, gracias a la abundancia de conejos, hay muchas especies que se alimentan de ellos.

Por la zona discurre el Arroyo de la Hoz, que en su día llegó a dar agua a tres molinos, dos en Carabias y otro, en Cedillo de la Torre y, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, la propiedad de los Molinos era, en uno de los casos, de Juan Durango, vecino de Sepúlveda . El otro, era de Juan García, vecino de Cedillo de la Torre.

Además, en Carabias existía una posada en la que se daba alojamiento a los caballeros y sus caballos…. El edificio aún se conserva. Además, se cobraba peaje para el paso de personas y mercancías.

Se dice que, Juan Martín “El Empecinado”, secuestró en la zona cercana a Carabias, a una importante dama francesa que iba escoltada. Con ella, los secuestradores consiguieron un gran botín. También cuentan que la zona era frecuentada por el cura Merino que, en ocasiones, se ocultaba en las cuevas existentes en los alrededores.

Tierra de vinos

 Tierra de vinos y… buenos. En Montejo de la Vega de la Serrezuela encontramos un ejemplo de elaboración, distribución y venta de vino, así como de fomento de su cultura, en la Bodega Severino Sanz.
Esta bodega cuenta con 30 hectáreas de viñedos, algunos centenarios, que producen excelentes vinos de la denominación de origen Ribera del Duero. La bodega puede ser visitada, ofreciendo un recorrido guiado por el interior y los viñedos, y un espacio dedicado a venta de vinos.

Sabina Fuente de la Pisandera. En el paraje de La Velilla, cerca del área recreativa Fuente de la Pisandera, en Montejo de la Vega de la Serrezuela, se encuentra un ejemplar especial de Sabina, “ubicada junto al camino, entre campos de cultivo y laderas de suelos calizos”.

Es un ejemplar de Sabina Albar de 18 metros de altura y un diámetro de copa de 15 metros que ha sobrevivido, durante cientos de años, dando sombra a los paisanos y a la fauna del entorno.

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