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Entre pinares y viñedos

Ubicado en un entorno único próximo al Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, bordeado por campos de cereal, extensos pinares y un manto de viñedos, descubrimos Villaverde de Montejo. Localidad segoviana con historia y costumbres propias de la zona, su nombre revela que el pueblo perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Montejo.

Vinculado a las labores del campo, a la agricultura y la ganadería -especialmente destaca la figura del pastor y el cuidado de las ovejas- así como el oficio de resinero, a lo largo de su historia cobra protagonismo el cultivo de la vid. Villaverde de Montejo forma parte de la Denominación de Origen Ribera del Duero, siendo uno de los cuatro pueblos segovianos adscritos a la DO. Sus laderas y cañones esconden centenarias bodegas subterráneas y lagares, espacios que preservan el patrimonio cultural de la comarca. En su interior, los villaverdinos elaboran su propio vino a partir de las variedades más reconocidas -Tempranillo-, tintos que guardan la esencia de la tierra.

La iglesia parroquial de Santa Cecilia, apartada del casco urbano, es un templo de estilo románico. En su interior, el pórtico de ingreso da la bienvenida a los visitantes y les conduce hasta la única nave, vestida con una imponente cabecera y retablos barrocos.

Junto al arroyo se levanta el Lavadero, uno de los elementos más representativos de la arquitectura popular. Asimismo, el pueblo acoge el Museo de la Fragua, antiguo taller que mantiene las tradicionales herramientas en homenaje al vetusto oficio. Además, la antigua escuela es hoy el Centro Cultural Nuevo Horizonte, un edificio de piedra y grandes ventanales reconvertido en un espacio que promueve la cultura.

Villaverde de Montejo tiene una pedanía: Villalvilla de Montejo. En su término municipal son visibles algunos restos del poblado que fuera conocido como Pinilla de Arcos. Con una arquitectura rústica, donde la pizarra negra se funde con el paisaje, Villalvilla cuenta con la iglesia parroquial dedicada a San Juan Evangelista. Un ejemplo del gótico en el nordeste de Segovia como muestra la bóveda de crucería de su capilla mayor.

Refugio de Rapaces


En el año 1975, el 13 de enero, el rey Don Juan Carlos inauguró oficialmente este refugio de rapaces creado por WWF/Adena e impulsado por el conocido naturalista Félix Rodríguez de la Fuente.

Fue una experiencia pionera, era la primera vez que una ONG se hacía cargo de la gestión de un espacio natural con la colaboración, a través de la firma de un acuerdo, del Ayuntamiento de de Montejo de la Vega. El objetivo básico era, de acuerdo con Adena, “Promover un desarrollo sostenible del entorno, compatibilizando la conservación de la naturaleza con el mantenimiento de las prácticas tradicionales de la zona”.

En este espacio se ha investigado y se sigue investigando, en él se han rodado documentales y grandes expertos en espacios como este lo visitan con mucha frecuencia pero, sobre todo, se protege a su impresionante colonia de buitres.

El éxito de aquella iniciativa se materializó más aún cuando el 21 de diciembre de 2004, la Junta de Castilla y León declaró a este espacio Parque Natural de las Hoces de Río Riaza segundo parque en la provincia de Segovia tras el de Las Hoces del Duratón y decimoctavo en la Comunidad Autónoma.

La superficie de este parque natural tiene 6.470 hectáreas que pertenecen a los municipios de Montejo de la Vega de la Serrezuela, Valdevacas de Montejo y Maderuelo y en el Parque se incluyen las 2.100 hectáreas correspondientes al refugio de rapaces. Los trabajos realizados a través de los años han permitido que hoy se pueda hablar de más de 500 parejas de buitres, cinco veces más que cuando el parque comenzó su andadura, gracias al comedero de rapaces en el que, durante años, se han depositado miles de reses muertas para la alimentación de las aves carroñeras.

La riqueza de este espacio no se limita a los buitres. En el parque encontramos también algunas especies raras y en peligro de desaparición como la Alondra de Dupont o el Alimoche. En su vegetación destaca la Sabina Albar y, en el fondo de las hoces, existe un importante bosque de ribera que sirve de refugio a una gran comunidad de anfibios y pequeños mamíferos.

El propio alcalde de Montejo de la Vega, Luis Martín, comenta que el parque recibe muchas visitas de estudiantes a lo largo del año. ”El Parque de las Hoces de Río Riaza, no es como el de las Hoces del Duratón. Este es más didáctico, es el parque más estudiado de todos los que hay en España. Desde 1975 se han hecho censos de aves, mamíferos, nocturnos o no. No será el más turístico pero es el más estudiado, con diferencia”.

Casa del Parque Hoces del Río Riaza. Así se conoce al Centro de Información de Visitantes del Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, en Montejo de la Vega de la Serrezuela. A esta casa y al resto de las instalaciones, acuden principalmente fotógrafos, ornitólogos y turistas de fines de semana.

En este espacio se encuentra toda la información sobre el parque y se recogen las autorizaciones para poder realizar actividades en el mismo, cuando estas lo requieren. En la Casa del Parque, además, podemos disfrutar de una exposición permanente sobre el propio parque, destinada al turismo familiar.

La Casa del Parque se divide en diferentes secciones: “Conoce el Parque”, “Las Aves”, “El Rincón de la Memoria”, “En Vivo y en Directo”, “Sala Audiovisual” y, “CIDA- Centro de Información y Documentación Ambiental”.

Tierra de vinos

 Tierra de vinos y… buenos. En Montejo de la Vega de la Serrezuela encontramos un ejemplo de elaboración, distribución y venta de vino, así como de fomento de su cultura, en la Bodega Severino Sanz.
Esta bodega cuenta con 30 hectáreas de viñedos, algunos centenarios, que producen excelentes vinos de la denominación de origen Ribera del Duero. La bodega puede ser visitada, ofreciendo un recorrido guiado por el interior y los viñedos, y un espacio dedicado a venta de vinos.

Sabina Fuente de la Pisandera. En el paraje de La Velilla, cerca del área recreativa Fuente de la Pisandera, en Montejo de la Vega de la Serrezuela, se encuentra un ejemplar especial de Sabina, “ubicada junto al camino, entre campos de cultivo y laderas de suelos calizos”.

Es un ejemplar de Sabina Albar de 18 metros de altura y un diámetro de copa de 15 metros que ha sobrevivido, durante cientos de años, dando sombra a los paisanos y a la fauna del entorno.

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Fotos nocturnas de Juan Diego

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